Escultura de resina de poliéster y fibra de vidrio. Pátina de acrílico con hormigón (170 x 90 x 35 cm).
Obra finalista de los Premios Madroño 24. Expuesta en el Ateneo de Madrid. 2024.
Escultura que representa la indefensión del individuo respecto a su coraza cuando esta se convierte en su propia prisión, una prisión autoimpuesta. Inspirada en la idea de que la armadura puede volverse tan fuerte que controla al individuo en lugar de protegerlo, la obra explora cómo esta coraza mina la confianza en uno mismo y conduce a una soledad estructural. A través de la figura de un animal como símbolo, la escultura invita a reflexionar sobre los límites entre la protección y la opresión, y sobre el valor del coraje necesario para liberarse de esa coraza y buscar la autenticidad."